La amenaza de los 80 vuelve

En algunos barrios repartidos por toda España ha vuelto a aparecer la misma  amenaza que tuvieron en la década de los años 80, como fue la heroína. Toda España en esa época sufrió mucho por sus ciudadanos, pero más sufrieron las familias que tenían a alguien metido en esa droga, ya que  los hacía perder todo lo que amaban.

La heroína hizo un destrozo a gran escala dentro de la población y gracias a que la población ha ido avanzado y las formas de pensamiento han ido cambiando, además de todos las personas que se volcaron por resolver esa situación lo más rápido posible, para que las personas que lo consumían y las familias que lo sufrían no siguieran pasando por esa situación tan dolorosa.

Gracias a las campañas sobre la prevención y concienciación de las drogas creo que mucha gente está siendo consciente del daño que provocan tanto a ellos como a las familias. Aquí se puede abrir un debate de como los narcotraficantes con tal de ser ricos de manera ilegal destrozan las vidas de las personas que son adictas. Gracias a la ayuda de personas mentalizadas en el daño que produce esta droga, además de personas que han salido del consumo de esa droga se ponen como ejemplos para ayudar a las personas a superarse y que prevean dichas situaciones. 

Tomada de: https://pixabay.com/es/adicto-la-dependencia-de-2713526/

Las drogas es el negocio que mayores beneficios obtiene de forma ilegal a escala mundial y siempre es a beneficio de unos, para destrucción de otros.

Desde mi punto de visto, creo que desde el Gobierno sería una buena opción la de seguir dando charlas y ayudando a las personas que han perdido todo por culpa de la heroína. No significa que la ayuda tenga que ser una ayuda económica, puede ser una ayuda como apuntarlos a escuelas talleres y que ellos se vuelvan a sentir útiles, lo que todos conocemos como la reinserción laboral. También, apoyándolos siempre moralmente y anímicamente, para que no se sientan solos y vean que hay una salida posible y que la vida “normal” se puede recuperar siempre y cuando uno quiera conseguirlo de verdad.